Las políticas de ajuste impulsadas por el gobierno de Javier Milei consisten en una reducción drástica de la inversión en ciencia, la parálisis de proyectos claves y de vanguardia desarrollados por el Estado argentino y el desfinanciamiento de la investigación científica.

El sistema científico y tecnológico de Argentina enfrenta una crisis sin precedentes debido a los severos recortes presupuestarios implementados por el gobierno de Javier Milei.

LEA TAMBIÉN:

Un año de Milei: claves de la consolidación del modelo de ajuste, pobreza y persecución

Según datos del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CICYT), el gasto en el sector cayó un 33% interanual en agosto, mientras que la ejecución presupuestaria para ciencia y tecnología disminuyó un 51% en términos reales durante el primer semestre de 2024.

Este recorte lleva a que investigadoras como Alejandro Nadra suspenda los experimentos sobre proteínas para prevenir enfermedades genéticas. «Estamos en el límite del colapso», señaló Nadra desde su laboratorio en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, una institución que ha sido cuna de tres premios Nobel.

Los investigadores enfrentan la falta de acceso a subsidios que, por citar un ejemplo, en el caso del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), pone en riesgo investigaciones sobre enfermedades como el cáncer de mama.

Para Pablo Núñez, Doctor en Ciencias Biológicas, la situación es crítica: “Creemos que estamos entrando en una crisis que no tiene precedente en los últimos 40 años de democracia de nuestro país, pero te diría que no tiene precedente en la existencia del sistema científico.»

El también investigador Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), comenta que dentro de la Administración Milei «hay un nivel de agravio, de maltrato y de descalificación de la ciencia y la tecnología argentina que está impulsado desde las máximas autoridades. Ningún presidente ni presidenta de ningún país del mundo descalifica de esa manera la ciencia y la tecnología».

Además, los salarios del sector científico han perdido entre un 25% y un 30% de su poder adquisitivo en el último año, según un reporte de la Red Argentina de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT). Esto ha llevado a que muchos jóvenes opten por abandonar sus becas y cargos docentes, agravando el éxodo de talentos del país.

2025 con más ajuste

Pese a la fuerte crisis que atraviesa el sector, el Presupuesto 2025 enviado por Javier Milei al Congreso, muestra una caída general del 33,25% en inversión para ciencia y tecnología.

Para el presidente de ultra derecha, “los supuestos científicos e intelectuales» deben dejar de creer que» creen «tener una titulación académica los vuelve superiores y por ende todos (la ciudadanía) debemos subsidiar la vocación“ y competir en el mercado para demostrar su valía.

Dentro de este marco, el Conicet sufrirá una reducción del 41% en sus partidas, mientras que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) experimentarán recortes del 39,6% y 46,6%, respectivamente. Otros organismos también se verán gravemente afectados: la Agencia I+D+i (-67%), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE, -40%) y el Banco Nacional de Datos Genéticos (-50,4%).

“El presupuesto consolida el vaciamiento del sistema científico”, señala Victoria García, secretaria general de ATE-CONICET. También advirtió que se suspendieron las leyes de financiamiento que apuntaban a que la inversión en ciencia llegara al 1% del PBI para 2031. Además, desde julio pasado, se interrumpieron más de 200 becas posdoctorales y se redujo a «mínimos históricos» el ingreso de nuevos becarios.

En el INTI, la situación también es alarmante: desde diciembre, 500 trabajadores y trabajadoras perdieron sus puestos tras despidos y retiros voluntarios. «Este ajuste busca reprimarizar la economía nacional y deja a la industria sin el respaldo técnico necesario», denuncia Francisco Dollmann, secretario general de ATE INTI.

El peor momento para la ciencia argentina

En términos de inversión, Argentina destina apenas el 0,31% de su Producto Bruto Interno (PBI) a ciencia y tecnología, muy por debajo de países como Brasil (1,21%), Estados Unidos (3,45%) o Corea del Sur (4,9%). Según Lino Barañao, exministro de Ciencia y Tecnología, «nunca en la historia reciente de Argentina hubo una reducción tan drástica del presupuesto científico».

Los recortes han frenado proyectos estratégicos que generaban impacto económico y social. Entre ellos se encuentra el desarrollo de trigo transgénico resistente a la sequía, liderado por la investigadora Raquel Chan, del CONICET. Este cultivo, que comenzó a exportarse recientemente, ha generado ingresos en un contexto marcado por restricciones económicas. Sin embargo, Chan teme que la falta de financiamiento desmantele el sistema científico que permitió este avance.

El deterioro también ha generado preocupación en la comunidad internacional. En marzo de este año, 68 premios Nobel firmaron una carta advirtiendo que el sistema argentino de ciencia y tecnología se encuentra al borde de un «peligroso precipicio».

@telesurtv_oficial La política de desfinanciamiento del presidente Javier Milei ha llegado también al sector de las fiencias , esto no solo afecta a los investigadores y profesionales del sector, sino también a toda la sociedad, ya que compromete el desarrollo de nuevas tecnologías e impacta en sectores claves como la salud, la industria y el medio ambiente. #ciencia #argentina #Milei ♬ sonido original – teleSUR

El exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, Roberto Salvarezza enfatiza a teleSUR que: “Hoy en día, en el siglo XXI, la disputa que hay es por el conocimiento. Argentina era un país que había logrado avances significativos desarrollando una industria en el sector nuclear y una industria en el sector satelital.»

Además, denuncia que la política del Gobierno de Milei no solo ataca al sistema científico, sino que ataca amenaza al sistema de empresas de desarrollo tecnológico del Estado que han logrado avances significativos y que posicionan a Argentina en lo más alto de la ciencia a nivel mundial.

En ese sentido, Salvarezza señala como ejemplo el desarrollo del reactor nuclear modular, el CAREM, un reactor nuclear de pequeña escala que era vendido al exterior y competía con empresas de Estados Unidos, China y Corea. Sin embargo, «Argentina acaba de salir de ese juego y era uno de los más adelantados entre estos cuatro países”, lamenta.

“El norte global nos condena a tener el rol de suministrar minerales estratégicos que ellos necesitan. Es que seamos productores de materias primas”, remata.

EN ESTA NOTA: